ESTEREOTIPOS Y PREJUICIO
LOS ESTEREOTIPOS COMO REPRESENTACIONES
INDIVIDUALES Y COLECTIVAS
En líneas generales que un
estereotipo es «un conjunto de creencias, compartidas acerca de los atributos
personales que poseen los miembros de un grupo».
Normalmente se piensa que los estereotipos
son negativos porque frecuentemente describen a los individuos de forma
peyorativa e imprecisa. No obstante, en los últimos años la investigación ha
intentado llegar a una comprensión más profunda de ellos, de su naturaleza y de
su utilización. Efectivamente, los estereotipos son a veces negativos,
inciertos e injustos, pero en otras ocasiones no lo son. A veces son útiles,
por ejemplo cuando se dispone de escasos recursos cognitivos.
Los estereotipos se pueden
conceptualizar desde dos perspectivas complementarias, individual y colectiva,
y su comprensión implica la toma en consideración de ambas.
Desde la perspectiva individual
los estereotipos se definen como representaciones en la mente de los
individuos. Desde la colectiva, los estereotipos quedan representados como una
parte de la sociedad y se consideran compartidos por las personas que forman
parte de una misma cultura.
1.
Perspectiva individual
La mayoría de los
enfoques que analizan los estereotipos desde esta perspectiva incluyen en su
análisis un tipo de conocimiento abstracto (por ejemplos los políticos son
mentirosos).
Los estereotipos,
además, pueden ordenarse jerárquicamente. Así existen unos de carácter más
general (por ejemplo, los que podemos tener sobre mujeres), que incluyen
estereotipos más concretos subordinados a los primeros, denominados «subtipos»
(por ejemplo, amas de casa, profesionales, feministas, etc.).
Otro aspecto
importante de los estereotipos es que contienen conocimiento acerca de la
variabilidad de los grupos. Esto es, no todos los estereotipos se consideran
igualmente aplicables a los grupos respectivos, sino que algunos de ellos lo
son más que otros. Por tanto, estaremos más dispuestos a generalizar desde un
número pequeño de individuos al grupo en su conjunto, o a la inversa, en
aquellos estereotipos que consideremos completamente invariables, y no tanto en
los que consideremos más variables.
2.
Perspectiva colectiva
Una diferencia con
respecto a la perspectiva individual es que mientras que ésta se centra en el
aprendizaje directo de los estereotipos por parte de los individuos a través de
la interacción con otros grupos, la perspectiva colectiva cultural se ha
focalizado en el aprendizaje, transmisión y cambio de los estereotipos mediante
la socialización (por ejemplo, a través de los padres, los iguales, maestros,
líderes políticos y religiosos, los medios de comunicación, etc.).
ESTEREOTIPOS, PREJUICIO Y SUS NUEVAS FORMAS
Tal y como se ha
indicado, los estereotipos pueden tener un componente descriptivo que recoge
las características asociadas a los miembros de un grupo. Sin embargo, también
pueden incluir connotaciones positivas o negativas asociadas a dichos grupos,
que constituirían su componente evaluativo. Cuando la psicología social comenzó
a profundizar en el estudio de los estereotipos, se centró fundamentalmente en
el componente evaluativo (sobre todo negativo), haciéndolos prácticamente
equivalentes al concepto de prejuicio.
Así, el prejuicio
consiste en juzgar y reaccionar ante un individuo basándose en la categoría o
grupo al que pertenece, sin tener más información referente a él.
1.
Las nuevas formas de
prejuicio
La expresión «yo no
soy racista, pero…» se ha convertido en el comienzo repetido de muchos
discursos en los que una persona intenta justificar un incidente sobre el que
pesa la sospecha de ser el resultado de actitudes prejuiciosas. Esta brecha
entre el rechazo explícito a las expresiones de prejuicio y el mantenimiento
encubierto de actitudes prejuiciosas es lo que ha llevado a numerosos investigadores a considerar que en
la actualidad no es que el prejuicio haya desaparecido, sino que se ha hecho
más sutil, adoptando nuevas formas. Diferentes planteamientos coinciden en
considerar que muchas personas todavía tienen afectos y sentimientos negativos
hacia los miembros de ciertos grupos pero que, al mismo tiempo, saben que ya no
está bien visto manifestar o tener esos sentimientos. Veamos algunas de estas
formulaciones sobre el nuevo prejuicio.
a) El manejo de la impresión: Se trata,
sencillamente, de que las personas tienen pre-juicios y son conscientes de
ellos, sólo que les da vergüenza o reparo manifestarlos públicamente.
b) Racismo moderno: En las personas racistas
modernas coexiste el apoyo a los principios abstractos de justicia y no
discriminación con los sentimientos negativos hacia los miembros de otros
grupos, lo cual les lleva a expresar su prejuicio de forma indirecta y simbólica,
oponiéndose a medidas que favorecen la integración de dichos grupos (subvenciones
a empresas creadas por ellos, por ejemplo) pero a la vez también a medidas
segregacionistas o claramente excluyentes de las minorías.
c) Racismo simbólico: Ocurriría como
consecuencia de existir en el individuo sentimientos negativos hacia las
minorías y un alto grado de creencia en los valores tradicionalmente occidentales
(disciplina, autonomía, individualismo, trabajo duro, obediencia, etc.). La
persona racista simbólica piensa que las minorías no asumen esos valores y no
contribuyen por tanto al desarrollo de la nación, y de esa manera justifica su
afecto negativo hacia ellas.
d)
Racismo
manifiesto y sutil: el racismo manifiesto (tradicional) se basa en la percepción
de que el grupo nos amenaza y en la oposición al contacto íntimo con sus
miembros. El racismo sutil, en cambio, consta de tres componentes más ocultos y
más aceptables en la cultura occidental: 1) La defensa de los valores
tradicionales, lo cual lleva a culpar a las víctimas del prejuicio de su propia
situación. 2) La exageración de las diferencias culturales; la situación de
desventaja en la que se encuentra el grupo discriminado ya no se atribuye a su
inferioridad, sino a las diferencias culturales. 3) Dado que tener reacciones
emocionales negativas hacia los miembros del grupo puede verse como un indicio
de racismo, quien tiene prejuicios sutiles no admite la existencia de esos
sentimientos negativos, pero se manifiesta no teniendo sentimientos positivos
hacia los miembros del grupo.
2.
La medición de los estereotipos y de prejuicio
En la actualidad se
dispone de múltiples procedimientos y herramientas para medir los estereotipos
y el prejuicio.
Cuestionarios
tradicionales: La manera más fácil y directa de medir el estereotipo y el
prejuicio es preguntándoselo directamente a las personas.
Esta técnica
consiste en hacer creer a los participantes conectados a un aparato que éste es
capaz de detectar cualquier tipo de engaño en sus respuestas verbales (esto es,
que era una especie de «máquina de la verdad»). Los resultados mostraron que
los participantes conectados a este aparato (en comparación con un grupo que no
lo estaba) admitieron respuestas más prejuiciosas.
Escalas de prejuicio moderno: Estas escalas
incluyen ítems formulados de manera que los individuos no sepan que están midiendo
prejuicio, y en consecuencia no puedan alterar sus respuestas acomodándolas a
lo que ellos creen que son las normas sociales.
Medidas comportamentales y no
verbales:
Se trata de crear situaciones lo más parecidas posible a la realidad y observar
cómo se desarrollan las interacciones entre miembros de un grupo.
Comportamiento verbal: Consiste en analizar
comportamientos como las interrupciones cuando otra persona está hablando, los
errores en el discurso, su excesiva simplificación, su tono afectivo.
Medidas implícitas: Estas medidas
parten del supuesto de que nuestro sistema cognitivo produce respuestas
automáticas según las características de los estímulos y del conocimiento que
tengamos en nuestra; mente.
EL CONTENIDO DE LOS
ESTEREOTIPOS Y SU RELACIÓN CON EL PREJUICIO
Actualmente, existe un conjunto
de investigaciones que muestran que podemos observar en el contenido de los
estereotipos un patrón que obedece a ciertos principios psicológicos generales.
En los siguientes apartados nos ¿entraremos en algunos de ellos, como la
ambivalencia que normalmente está presente en el contenido de los estereotipos,
reflejo de las relaciones intergrupales; la exageración de los aspectos
negativos en su contenido; la importancia del favoritismo endogrupal en este
análisis, así como la relativa precisión e imprecisión de su contenido y el
fondo de verdad que expresan.
1.
La ambivalencia presente en los estereotipos:
las dimensiones de competencia y sociabilidad y sus efectos sobre las emociones
y el comportamiento
Según la propuesta
de Fiske y colaboradores (1999), la ambivalencia de la mayoría de los estereotipos
refleja las relaciones estructurales que se establecen entre grupos y se
encuentran determinados por su estatus y la naturaleza de su interdependencia.
Según el modelo del contenido de los, las dos dimensiones más generales que se
han encontrado de forma recurrente en los estereotipos y percepciones
interpersonales e intergrupales son las de cotnpetencia y sociabilidad.
Por otro lado,
parece existir cierto efecto de compensación entre ambas dimensiones, ya que
cuando un grupo es percibido como alto y otro como bajo en una dimensión, se
tiende a invertir el patrón al hablar de la segunda dimensión, aunque la
información sobre ésta sea ambigua.
Esta ambivalencia
que caracteriza a los estereotipos tiene también consecuencias emocionales y
conductuales. Según el modelo del contenido de los estereotipos, las posibles
combinaciones de sociabilidad y de competencia predicen diversas emociones
hacia los miembros de distintos grupos. Así, los grupos percibidos como poco
competentes y poco sociables (vagabundos) provocarán desprecio; los
estereotipados como competentes y poco sociables (mujeres ejecutivas) suscitarán
envidia; los poco competentes y muy sociables (ancianos) despertarán compasión;
y, por último, los percibidos como altamente competentes y sociables provocarán.
De la combinación de éstas, surgen cuatro tipos de conductas:
·
Facilitación
activa (ayuda). Son conductas que tienen el único objetivo de beneficiar a un
grupo.
·
Facilitación
pasiva (cooperación). En este caso, se tolera la cooperación con un grupo. Es
decir, se coopera y ayuda a un grupo, pero de forma obligada.
·
Daño
activo (ataque). Se pretende dañar
explícita e intencionadamente a un grupo
·
Daño
pasivo (negligencia). Consiste en negar las necesidades de un grupo, excluyéndoles
y apartándoles así de la sociedad y negando su existencia.
2.
La atracción de lo negativo
Una de las razones
que se ha aducido para dar cuenta del procesamiento privilegiado de la información
negativa y extrema es que se trata algo inesperado, ya que en general los
individuos esperan que los demás y las situaciones en la que se implican van a
resultar relativamente positivos, por lo que esta información resulta llamativa
al ir en contra de estas expectativas.
Sin embargo, con lo
que se ha comentado has ta aquí se quiere poner de manifiesto que aunque los
estereotipos incluyan información negativa, frecuentemente también incluyen
información positiva. Aunque quizá su carácter negativo forma parte del «prototipo»
de estereotipo que tenemos,: no debería formar parte esencial en su definición,
ya que las características positivas también forman parte de los estereotipos
de grupos sociales .
3.
El favoritismo
endogrupal
Otro patrón que
parece común a la mayoría de los estereotipos, y en especial a su contenido, y
que también se ha considerado muy relacionado con el desarrollo del prejuicio tiene
que ver con la relativa ventaja que se le otorga al endogrupo en relación con
los exo-grupos.
4.
La relativa
precisión en el contenido estereotipos y su fondo de verdad
Es cierto que no
sería muy difícil demostrar que la mayoría de las creencias que tenemos acerca
de los grupos son erróneas. Pero como algunos señalan, quizá existen ciertas
razones por las que la mayoría de los autores han considerado que los
estereotipos son imprecisos, entre las que se encuentra la evidencia, como ya
se ha comentado previamente, de que algunos estereotipos no se basan en datos'
reales o de que se centran en el comportamiento negativo y extremo, rasgos que
en un principio no parece lógico suponer caractericen a todos los grupos.
Además, al haber señalado a los estereotipos como uno de los requisitos para
que se desarrolle el prejuicio hacia determinados grupos, las intervenciones centradas
en la demostración de su falta de precisión podrían ser útiles para la
reducción del prejuicio.
Sin embargo, por
otra parte, existen algunos ejemplos de convergencia entre la imagen que un
grupo tiene de sí mismo y la imagen que tienen otros de él, utilizando para
ello los estereotipos y otros indicadores más. Igualmente también se ha
encontrado que en algunos casos los estereotipos de los grupos coinciden con
ciertas medidas de rasgos de personalidad
Por tanto, podríamos
decir, que los estereotipos normalmente poseen cierto fondo de verdad y se
caracterizan por ser percepciones relativamente precisas cuando se trata de
obtener una imagen global de un grupo. El problema de la precisión radica
fundamentalmente en la extrapolación de estas características grupales a
individuos concretos.
LA IMPORTANCIA DEL CONTEXTO
El análisis de los
estereotipos y el prejuicio sería incompleto si no se hiciera referencia al contexto
social en el que se desarrollan. El contenido de los estereotipos sociales y la
valoración de éstos se ven influidos por las relaciones existentes entre los
grupos y el contexto intergrupal en el que surgen. Seguidamente trataremos
algunas de las formas en las que el contexto social determina el proceso, el
contenido y la valoración de los estereotipos de diferentes grupos sociales.
1.
La explicación
social: el esencialismo psicológico
El enfoque esencialista
considera que los estereotipos se desarrollan gracias a la interacción entre
las características de la realidad (la similitud entre objetos) y las
características del perceptor. El proceso de dotar de una esencia a una
determinada categoría permite atribuir ciertas características subyacentes a
conjuntos de objetos que son similares al menos en algunas características
superficiales, por ejemplo, si pensamos que todas las personas que visten elegantemente
son más responsables o son más trabajadoras que quienes visten de manera
informal.
2.
La justificación del
sistema
Según la teoría de
la justificación del sistema, el contenido de los estereotipos reflejaría tanto
para los miembros de grupos aventajados como desaventajados la «verdad» acerca
de las diferencias entre ellos y serviría como una fuente de mantenimiento de
la jerarquía establecida. Por ejemplo, el estereotipo de las mujeres como no
muy competentes, pero amables, tiernas, con habilidades de comunicación y
preocupadas por los demás y por sus sentimientos, justificaría su rol
tradicionalmente subordinado al de los hombres, poniendo de manifiesto el
efecto del que estamos hablando.
3.
Los efectos de los
estereotipos y del prejuicio
a) Ambigüedad atributiva
En general, quienes
pertenecen a grupos minoritarios y han sido víctimas de discriminación se
encuentran con el dilema de saber exactamente a qué se debe el tratamiento
desfavorable que otros les dan: bien al estereotipo negativo que los demás
tienen de su género, raza o categoría a la que pertenecen, bien a su falta de
habilidades personales.
b) La amenaza del estereotipo
Otro efecto que puede
tener la asignación de estereotipos negativos y el prejuicio sobre quienes los
padecen es lo que Steele ha denominado amenaza del estereotipo. Con este término,
Steele se refiere a la ansiedad que un individuo puede experimentar al pretender
contrarrestar con su comportamiento el estereotipo negativo asignado a su grupo
y no tener la certeza de conseguirlo con éxito.
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