CAUSAS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Existen varias explicaciones de
por qué el hombre es violento en el hogar, que podemos dividir en tres:
biológica, psicológica y la perspectiva de género. Cabe decir que existe otra
explicación a la que llamo teológica. Considero esta perspectiva como una forma
cultural, de modo que la trataré dentro de la perspectiva de género.
La
interpretación biológica
Para definir la violencia intrafamiliar
desde esta interpretación, diversos profesionistas afirman que la violencia es
parte de la estructura biológica del hombre. Esta postura supone que, para
sobrevivir, el hombre ha tenido que ser violento y por lo tanto desarrollar su
agresividad. De esta forma, se cree que el hombre es violento porque está
genéticamente propenso a serlo, pues es mediante esta violencia como ha podido
sobrevivir. Se dice que el hombre, comparado con la mujer, es naturalmente más
agresivo sólo por tener más fuerza física y tener el papel de protector. Así,
cuando se encuentra en situaciones de presión, es «natural» que el hombre
responda en forma agresiva y violenta. Quienes defienden esta postura, citan
ejemplos de diversas especies animales en las que los machos son más agresivos
que las hembras; pero al tomar este ejemplo no toman en cuenta que el ser
humano es una construcción cultural y social.
La
interpretación psicológica
La segunda interpretación de la
violencia del hombre hacia la mujer en el hogar, asume que el hombre violento
tiene un problema psicológico o psiquiátrico y por eso es violento. Las
explicaciones psicológicas más comunes dicen que el hombre sufre de una
disfunción psicológica que lo hace sentir vulnerable, inseguro y con baja autoestima,
por lo cual tiene que sobre compensar mediante la violencia, al enfrentarse con
su pareja, para' afirmarse un valor. En muchas ocasiones, los terapeutas buscan
la explicación a esta inseguridad en su infancia y en los problemas que vivió
al crecer. Asumen que, porque vio violencia en su hogar, él mismo será
violento. Suponen que al resolver su enfermedad psicológica, el hombre dejará
de ser violento, pues la causa de sus reacciones agresivas será resuelta.
La
interpretación de la perspectiva de género
La explicación de género dice que
la violencia en el hogar tiene objetivos muy específicos que no necesariamente
tienen que ver con la supervivencia del individuo. Cuando el hombre es violento
con su pareja, su objetivo es tenerla bajo control para obtener beneficios al
disponer de los recursos de ella.
Cuando un hombre mantiene a una
mujer desequilibrada, sin alternativas, desprovista de reclusos económicos o
intelectuales, desprovista de sus propias capacidades para satisfacerse a sí
misma y tomar decisiones; cansada, exhausta de cuidar a toda la familia, lo que
hace es preservar el modelo que conocemos como patriarcado.
«El patriarcado es un orden
social genérico de poder, basado en un modo de dominación cuyo paradigma es el
hombre. Este orden asegura la supremacía de los hombres y lo masculino sobre la
interiorización previa de las mujeres y de lo femenino. Es, asimismo, un orden
de dominio de unos hombres sobre otros y de enajenación entre las
mujeres."
Esta visión explica mejor por qué
un hombre es violento con su pareja. Cada hombre, desde muy pequeño, aprende
que hay dos posiciones sociales; en una están los que dan órdenes y son
servidos (por ejemplo, cuando llegan a la casa se les trata como reyes y son
vistos con admiración y respeto). Se les ve lejanos y libres porque salen a
buscar la supervivencia de la familia y por lo tanto son los jefes, los que
merecen el crédito por todo lo que hacen y tienen necesidad de descansar y
divertirse en formas diferentes del resto de la familia. Son los seres grandes
y seguros que llevan las riendas de la familia y los guías que lo saben todo.
Son los que dan permisos y castigos cuando es necesario.
Pautas
para entender la relación entre masculinidad y violencia
El concepto de masculinidad en
nuestras sociedades dicta que el hombre adquiera ciertas características para
«ser hombre», la masculinidad espera que el hombre «construya» su masculinidad o identidad de «hombre». Es
interesante notar que la identidad masculina es tan frágil que «es un premio
por el que se tiene que luchar» y las sociedades crean una imagen de la masculinidad
que es elusiva o excluyente porque requiere una aprobación mediante aspectos
culturales, rituales o pruebas de habilidad y fortaleza». Dos factores muy
importantes para obtener esta aprobación son la diferenciación y la
identificación.
El
espacio intelectual y la masculinidad
El espacio intelectual es aquel
donde se generan ideas para entender lo que está sucediendo, mediante
estructuras simbólicas basadas en definiciones de las causas de un hecho, con
la utilización de conceptos conocidos. Por sí solas, las estructuras intelectuales
no tienen la validez necesaria para entender estos hechos, pues se requiere que
estos conceptos estén en interacción con los espacios emocionales, físicos,
sociales y culturales.
Desde pequeño se le enseña al
hombre a no poner atención a sus procesos emocionales, supuestamente, porque
obstaculizan una forma clara de pensar, fe hacen creer que el pensamiento por
sí solo es la única forma de entender los hechos.
El espacio intelectual es el más
importante para la masculinidad y el hombre violento, porque es ahí donde
realmente es el jefe, el superior y el que ordena. No hay alguien en el mundo
que le pueda demostrar al «hombre superior» que lo que piensa es erróneo. Se le
pueden dar pruebas empíricas y, sin embargo, el hombre que ha decidido definir
un hecho a su manera no podrá ser convencido de otra forma de ver las cosas. Cree
que sus ideas son las más apropiadas y superiores a las de los demás.
El espacio intelectual es el
mediador entre sus espacios. Puede manejar sus espacios intelectual, social y
cultural con su pensamiento, mientras que sus espacios físico y emocional sólo
los controla reprimiéndolos.
El
espacio físico y la masculinidad
El espacio físico es también
fundamental para la masculinidad y para el hombre violento, porque es allí
donde se comprueba a sí mismo que es superior; es cuando cree obtener una
prueba empírica. El hombre compara SLI fuerza física con la de las mujeres y la
mayoría de las veces resulta ser el más fuerte, lo que toma como evidencia
irrefutable de que es superior en todos los aspectos.
Para mantener esta superioridad
física se controla a sí mismo y toma actitudes que, según él, comprueban su superioridad.
Al caminar extiende los brazos para parecer más grande y más fuerte;
generalmente camina rápido, a la vez que se muestra serio y con la frente
fruncida; también se abre la camisa porque cree que se ve «sexy». Cuando una
mujer pasa junto a él, le dice cosas para dejar claro que está dispuesto a
conquistarla y comprobar su potencia sexual.
El
Espacio Emocional Y La Masculinidad
El espacio emocional está formado
por sentimientos o emociones propias de cada persona. Es su forma singular de
reacción interna hacia su medio ambiente y hacia sí misma. Son los sentimientos
y expresiones de una persona respecto de sí misma o de otras personas y
situaciones. El espacio emocional es la forma individual ele procesar
internamente su relación con el mundo externo e interno. Cada individuo procesa
de modo diferente sus experiencias, según el efecto emocional que éstas tengan
en él.
El espacio emocional es el menos
desarrollado en el hombre. Lo ve con recelo porque las emociones lo hacen
sentir vulnerable, pues se requiere flexibilidad para procesarlas. Una
característica de la masculinidad es la falta de flexibilidad, porque cree que
al ser inflexible se va a mantener en un estado de control total de sí mismo.
Por lo tanto, el hombre evita este nivel de acción emocional y lo reprime lo
más posible. Al reprimir este nivel emocional, se quita su propia individualidad
para ajustarse al parámetro social que le indica cómo mantener es la condición
de superioridad.
El
espacio social y la masculinidad
El espacio social es aquel donde
se desarrollan contactos, interacciones e intercambios con otras personas. Para
el hombre, este espacio es otra oportunidad para comprobar que es superior.
Percibe a todas las personas que lo rodean como sujetos de competencia que
pueden demostrarle si es superior o no. El hombre crea relaciones sociales de
competencia para comprobarse a sí misino su superioridad. De aquí surgen los
juegos como los albures, que son formas ele demostración simbólica de su
superioridad ante otro hombre. Al crear relaciones de competencia, el hombre
asume que cada uno de los otros hombres quiere destruirlo, pues también están
en competencia, tratando ele demostrar su propia superioridad. El hombre
violento usa el espacio social como un aspecto que también debe controlar. Este
espacio está integrado por las personas con las que él se involucra, y por las características
ele esta interacción. El hombre pretende ser dueño de los espacios sociales ele
otras personas, pero no acepta tener responsabilidad y equidad hacia ellas.
El
espacio cultural y la masculinidad
El espacio cultural son las
diversas formas de procesar la realidad de acuerdo con parámetros establecidos
mediante el aprendizaje que el individuo ha recibido en su guipo social más
inmediato: su familia, grupo económico, religioso, educativo y geográfico.
La mayoría de las culturas
aceptan que la mujer tiene que ser inferior al hombre. El hombre crea formas
culturales que definen y refuerzan esta supuesta inferioridad de la mujer: los
mitos y las tradiciones. Por ejemplo, si va al hospital espera ver un médico
(hombre) y obtener ayuda de la enfermera; si va al banco sabe que la atenderá
una cajera, y si tiene algún problema va a ver al gerente (hombre); sí su hijo
tiene problemas en la escuela, va a hablar con la maestra, y si no puede
resolver el problema hablará con el director; y así por el estilo. Esto le
forma una cultura en la que el hombre es el que toma las decisiones que van a
ser seguidas y apoyadas por las mujeres.
Causas
de la violencia del hombre en el hogar
Los conceptos que hasta aquí
hemos nos ayudan a entender la razón por la (pie el hombre es violento con su
pareja. Dos
Aspectos, están siempre
presentes:
·
El hombre se cree
superior a sil pareja y a la naturaleza.
·
Al creerse superior,
hace todo lo posible para imponer esta superioridad y la única forma que conoce
de hacerlo es ejerciendo un control mediante la violencia.
En nuestra sociedad creemos que
un hombre que no controla a «su mujer» no es «suficientemente» hombre, y por lo
general esta inhabilidad de mantenerse como superior tiene un castigo. Llamarlo
«mandilón» es una forma de definirlo como inferior por no imponerse. Un elemento
muy importante para la masculinidad es la diferenciación entre sexos mediante
lugares, herramientas o vestimentas que definen la pertenencia a determinado
género. Para la masculinidad es fundamental tener un opuesto, debido a que la
única certeza de ser masculino consiste en definir «lo que no es femenino.
Para detener su violencia, el
hombre necesita aceptar primero que su pareja es igual a él y tratarla como
tal, lo que significa alejarse de la identidad machista de superioridad, reconocer
y apoyar los espacios de su pareja y aprender a relacionarse en una forma
cooperativa, igualitaria, equitativa; justa v democrática.
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