LA PERCEPCIÓN DE PERSONAS Y LA COMPRENSIÓN DE SU COMPORTAMIENTO
PERCEPCIÓN DE PERSONAS
Cuando nos encontramos con otras personas, antes de formarnos una impresión sobre ellas recogemos toda la información disponible a la podemos acceder, la integramos y organizamos con objeto de elaborar una imagen global y coherente.
1. La adquisición de la información sobre las personas
La investigación reciente en este sentido muestra inequívocamente que nuestro sistema visual está perfectamente preparado para la percepción de nuestros congéneres. Prácticamente desde nuestro nacimiento mostramos preferencia por los rostros humanos en comparación con otros estímulos.
Pero no solamente las caras llaman nuestra atención; el cuerpo de los demás también lo hace cuando pretendemos formarnos una impresión sobre ellos.
Otra fuente de información que se utiliza para adquirir conocimiento sobre los demás en conjunción con la cara y el cuerpo son los movimientos de ambos. Los estudios que analizan el impacto del movimiento del cuerpo en percepción social suelen utilizar puntos luminosos situados en la cabeza en las articulaciones del cuerpo.
Todas estas líneas de investigación muestran cómo la percepción de la cara y el cuerpo de los demás ofrece gran cantidad de información visual que puede ser muy relevante para la comprensión de los otros y la interacción con ellos.
a) La mirada y la información que nos ofrece
La dirección de la mirada es una señal muy importante a través de la cual los individuos transmiten mucha información, y por tanto los perceptores la utilizan también para adquirir esa información. Los individuos dirigen su mirada hacia los estímulos del medio que les interesan.
b) La expresión emocional
A través de la comprensión de las emociones que los otros experimentan, adquirimos información importante del medio que nos rodea. En este sentido, existen numerosas investigaciones que demuestran que las personas son capaces de reconocer con gran precisión siete emociones básicas a través de las expresiones de la cara (felicidad, miedo, sorpresa, ira, tristeza, asco y desprecio)
Las emociones no sólo se identifican a través de determinadas características faciales, sino a través de su movimiento (por ejemplo, cuando se elevan las cejas rápidamente y se baja el mentón la emoción identificada suele ser la sorpresa). Por último, la postura del cuerpo también suele facilitar la interpretación de las emociones sentidas por los demás.
c) Inferencias sobre la personalidad de los demás
La información sobre la personalidad de los demás es muy útil para conocerlos y predecir su comportamiento. Por tanto, cuando percibimos a otras personas con frecuencia hacemos inferencias sobre dichas características. Además, parece que los humanos somos efectivos infiriendo características de personalidad en otras personas.
Pero ¿cuáles son las características concretas que utilizan las personas para basar sus juicios sobre la personalidad de los demás? Aunque no existen resultados muy claros al respecto, parece que esto depende del rasgo que se pretenda inferir en la persona percibida. Por ejemplo, una alta extraversión parece inferirse a partir de la percepción de la cara redonda, un peinado a la moda, una forma de vestir extravagante, una expresión facial agradable y movimientos frecuentes y rápidos del cuerpo.
d) La importancia del atractivo físico
El atractivo físico es otra de las características influyentes en las interacciones sociales, ya que las personas atractivas se perciben con más características deseables y son tratadas de una forma más positiva que las personas menos atractivas físicamente, lo que se conoce como la teoría implícita de lo bello es bueno.
e) Las categorías sociales
La configuración del cuerpo (por ejemplo, la proporción entre el tamaño de las caderas y la cintura en el caso de las mujeres; o entre el tamaño de los hombros y el de las caderas en los hombres) también constituye una señal a la hora de identificar el sexo de los individuos.
Respecto a la edad, también existen algunas señales corporales que facilitan la categorización en función de esta característica. Por ejemplo, en el caso de los jóvenes o los niños, la atención se centra en la luminosidad de la piel, la frente sobresaliente, la estrechez de las caderas, entre otras. Por el contrario, en el caso de los ancianos, la atención se centra en las arrugas y las imperfecciones de la piel, el alargamiento de las orejas y la nariz, las caderas anchas, la caída de la línea de los ojos o las canas.
2. La integración de la información sobre las personas
Una vez (o a la vez) que se va recogiendo la información sobre los demás a través de su cara, su apariencia o gracias al conocimiento de las categorías sociales a las que pertenecen, se debe integrar toda esta información para conseguir una impresión general y coherente.
a) El modelo de Asch
De acuerdo con el modelo de los rasgos centrales de Solomon Asch (1946), la información que recibimos de los otros se organiza de forma que da lugar a una impresión única y coherente, un todo, mas allá de la mera suma o acumulación de rasgos.
1. Rasgos centrales, que son aquello:, que tienen una influencia mayor sobre la impresión final que nos formemos.
2. Rasgos periféricos: son los que tienen mucha menos influencia, siendo más secundarios en nuestras impresione sobre los demás.
b) Los modelos de combinación lineal
Los modelos de combinación lineal explican la formación de impresiones a partir de la integración de cada una de las características concretas que conocemos sobre una persona. Uno de los aspectos que caracteriza a este tipo de modelos es que la información percibida de la persona de la que pretendemos formarnos una impresión, además de contener información descriptiva.
Se pueden distinguir tres modelos:
a) El modelo suma: de acuerdo con este modelo, la impresión global es la suma de las diferentes características percibidas en la persona.
b) El modelo promedio: este modelo se basa en los mismos supuestos que el anterior. La única diferencia es que para predecir la impresión global que se formará una persona de otra deberá calcularse la media aritmética de los valores asociados a los distintos rasgos que la componen.
c) El modelo de la media ponderada: según este modelo, el contexto determina la importancia asignada a cada rasgo percibido cuando nos formamos una impresión sobre otros. Es por eso por lo que desde él se propone que a cada característica que integra la impresión de una persona se le ha de otorgar un peso o importancia relativos.
3. Algunos factores importantes en la formación de impresiones
a) Efectos de orden: primacia y recencia: el orden en el que se presentan las características de una persona tiene efecto sobre la impresión que nos formemos de ella.
Por el contrario, el efecto recencia tiene lugar cuando la información final produce un mayor impacto sobre la impresión general. Esto es probable que ocurra cuando se está distraído, o cuando la motivación por conocer a alguien es escasa.
b) Positividad y negatividad: Las investigaciones indican que, cuando no contamos con suficiente información, tendemos a asumir una visión positiva de los demás y, por tanto, nos formamos impresiones positivas de. ellos. Sin embargo, este efecto desaparece en el momento en que se conoce cualquier información negativa de la persona, por mínima que ésta sea. La información negativa atrae nuestra atención y adquiere una importancia desproporcionada en la consiguiente
c) Las teorías implícitas de la personalidad (TIP): Las TIP son las creencias que cada persona tiene acerca de qué rasgos o características aparecen unidas en las personas y por qué. A menudo las TIP son inconscientes, lo que hace que no se suelan poner a prueba, y, por tanto, el individuo las sigue utilizando sin darse cuenta.
d) El enjuiciamiento social. En gran medida, las personas nos formamos impresiones para hacer juicios sobre los demás: si son malas o buenas personas, extrovertidas, egoístas, abiertas, etc.
4. El proceso de percepción de personas
En cognición social se ha considerado que existen dos procesos básicos que subyacen a la percepción social: la categorización y la individualización.
La categorización es la percepción basada en la categoría social a la que pertenece la persona percibida, mientras que la individualización supone la toma en consideración de las características específicas e idiosincrásicas que se perciben en una persona cuando se trata de formarse una impresión sobre ella.
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